Como médicos, no solo somos responsables de la salud de nuestros pacientes, sino también de la protección de su honor y de su imagen.
Como es lógico, al ser un instituto líder en Europa, nuestros pacientes nos ofrecen su imagen y testimonio para que les incluyamos como referencia. Sin embargo, lejos de aceptar lo que tan amable y desinteresadamente nos ofrecen, preferimos rechazarlo.
No solo por la deontología médica, sino por las normas más básicas de la ética profesional. Entendemos que en la mayor parte de las ocasiones, quizá los pacientes olvidan las consecuencias de compartir su imagen en Internet. Pero Internet no olvida.
Somos de la opinión de que algunos pacientes pudieran no ser conscientes, que sus hijos e incluso sus nietos y bisnietos, sus esposas e hijos, todos sus parientes y conocidos, sus vecinos, o compañeros de trabajo encontrarán a su padre, abuelo, bisabuelo, amigo, vecino o colega en los motores de búsqueda de imágenes que aparezcan al realizar una búsqueda sobre “alargamiento del pene”, incluso transcurridas varias décadas.
En resumen, consideramos que no es ético compartir la imagen de nuestros pacientes con el fin de publicitarnos.
Así, es realmente sorprendente que los médicos, es decir personas que gozan de la máxima confianza de sus pacientes y para quienes el secreto médico, en particular, debería ser un gran activo, muestren a su supuesto paciente en Internet, sobre todo cuando se trata de una cirugía íntima.
En cualquier caso, tras haber demandado a médicos y clínicas en los últimos 25 años por este tipo de grabaciones publicitarias, resultó que ni una sola de las personas mostradas era realmente un paciente. Todos eran actores pagados. Esas presuntas entrevistas a pacientes eran ingeniosos vídeos publicitarios. Ni más ni menos.
Este tipo de vídeos publicitarios, que lamentablemente se continuan utilizando en algunos estados europeos, serían inconcebibles en la legislación de Alemania. Nuestra institución cumple estrictamente los elevados estándares alemanes.
Esperamos que estas palabras, les ayude cómo pacientes a discernir entre información médica confiable y publicidad engañosa.