En primer lugar es necesario aclarar inmediatamente un malentendido muy extendido.
La enfermedad de Peyronie se suele identificar con una incurvación patológica del pene. Esto no es cierto, como se sabe desde hace mucho tiempo. Ya en el siglo XVI, los primeros médicos que describieron esta enfermedad no la calificaron como desviación del pene, sino como una induración. La curvatura del pene es uno de los muchos síntomas posibles de esta enfermedad, y no su único síntoma o su causa, como suele interpretarse a menudo debido al desconocimiento.
Esta apreciación es muy importante, ya que un tratamiento que se concentre únicamente en la incurvación del pene no sólo no soluciona el problema, sino que incluso podría agravarlo. Puede consultar más información a este respecto en el apartado “Opciones de tratamiento quirúrgico de la enfermedad de Peyronie”.
(Nosotros también utilizamos la expresión “incurvación patológica del pene” en algunos sitios de la página, pero sólo con el fin de que los pacientes puedan encontrarnos cuando busquen en internet).
Existen casos graves de la enfermedad de Peyronie que no presentan curvatura. En cambio presentan induraciones considerables en el pene, o bien contracciones y graves problemas de erección. La condición indispensable para el tratamiento exitoso de una enfermedad es conocer la enfermedad y reconocer los síntomas y las causas.
Es cierto que la incurvación del pene es un síntoma habitual de la enfermedad de Peyronie pero, además, también se observan a menudo graves contracciones del pene, problemas de erección manifiestos, opresión, aneurismas y otras mermas importantes que afectan al pene.
La mayoría de los pacientes sufren una importante pérdida de confianza en sí mismos debido a los efectos de esta enfermedad, lo que evidentemente repercute de manera decisiva en su vida sexual. La enfermedad de Peyronie implica siempre una presión y un sufrimiento importantes. El tema de la sexualidad y el entendimiento con la pareja desempeñan un papel muy importante en la evaluación global de la enfermedad de Peyronie.
¿Cómo se origina la enfermedad de Peyronie y qué síntomas presenta?
Aún se desconoce la causa precisa de la enfermedad de Peyronie. Hasta un 47% de los pacientes que padecen la enfermedad de Peyronie padecen enfermedades concomitantes parecidas, como la contractura de Dupuytren o fibromatosis con induración en manos y pies. En algunos casos, la enfermedad de Peyronie aparece a raíz de operaciones en la zona pélvica, en la mayoría de los casos después de la extirpación radical de la próstata.
Puesto que parece que los factores inmunológicos desempeñan un papel importante, es posible que haya una disposición genética (predisposión), aunque últimamente hay indicios más firmes que apuntan a un génesis infeccioso (¿virus del papiloma humano?).
De cualquier modo, desconocemos de momento la causa exacta.
¿Qué sucede exactamente en el pene?
El estadio temprano de la enfermedad de Peyronie se caracteriza por la aparición de una reacción inflamatoria entre la dermis (túnica albugínea; membrana que rodea los cuerpos cavernosos) y los cuerpos cavernosos, la mayoría de las veces en el dorso del pene. Esta inflamación provoca la concreción de colágenos (fibras duras) y puede provocar una transformación fibrosa en forma de placas (acreción más induración) con o sin concreción calcárea.
Se origina entonces un tumor benigno en el pene. Convengamos aquí que, en lo sucesivo, nos referiremos a este tumor benigno como placa para dejar bien claro de este modo que no se trata de ningún cáncer.
Estas alteraciones pueden tener esencialmente las siguientes consecuencias:
Posibles síntomas
1. La parte afectada de los cuerpos cavernosos no puede extenderse completamente durante la erección en la zona donde se encuentra la placa. Es decir, es más corta que el lado sano. De este modo se produce una curvatura del pene durante la erección, que puede alcanzar los 90°. Dicho de otro modo, el pene presenta una desviación. Esto no es tan extraño. Al principio de la enfermedad, cuando la erección aún es muy firme, la enorme tensión que sufre el tejido puede provocar fuertes dolores.
2. La placa presiona los vasos sanguíneos, dependiendo del tamaño que tenga. Estos vasos sanguíneos son necesarios para que la erección se produzca sin problemas. Las válvulas se ven afectadas y disminuye la firmeza de la erección.
3. Además, no es extraño que este cambio provoque un gradiente de presión durante la erección, que deberá ser superado además por el cuerpo. Se produce un problema hemodinámico que, una vez transcurrido un tiempo, puede provocar que reaparezcan o se agraven los problemas de erección.
4. En el caso de las placas que no se localizan en una parte determinada del pene, sino que lo rodean, se producen aneurismas. El pene está muy delgado y endurecido en esa parte, y el resto se extiende enormemente. Además, puede presentarse una inclinación en esta zona.
5. Cuando la placa es grande y presenta varias induraciones graves, la superficie del pene puede aparecer plagada de protuberancias. A menudo, este estado provoca en el paciente una sensación desagradable.
6. En el caso de placas grandes que afectan a una parte importante del pene, se produce una reducción importante del pene.
7. Según la longitud de la placa, puede producirse una pérdida de sensibilidad en el glande.