El pene está formado por tres columnas de tejido eréctil: dos cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso que se llenan de sangre durante la erección. De este modo se agrandan y se endurecen.
Si se mira el pene desde arriba, los dos cuerpos cavernosos están juntos, el cuerpo esponjoso, del que también forma parte el glande, se les une desde la parte inferior.
Si alguno de estos cuerpos cavernosos es más corto que los otros, o una parte del pene es, en total, más corta que la otra, durante la erección se produce una curvatura hacia la parte corta.
La incurvación congénita del pene se presenta de dos maneras: o bien está presente desde el nacimiento, o bien se desarrolla durante la pubertad (atrofia del cuerpo cavernoso), es decir, durante la pubertad, los cuerpos cavernosos no crecen simétricos.